spanish.china.org.cn | 19. 10. 2017 | Editor:Elena Yang [A A A]

La lucha de China por hacer realidad su sueño verde
中国积极推进环境治理 绘就绿色“中国梦”

Palabras clave: China, congreso, verde, sueño chino, ecología,

 

Por Rebeca Phang

La contaminación ambiental en todas sus manifestaciones es un lastre que impide el desarrollo económico y social de los pueblos. Los líderes chinos hoy son conscientes que no puede haber un avance sostenible en el tiempo sin una adecuada estrategia ecológica.

El plan industrial más importante del país, “Hecho en China 2025”, engloba una serie de políticas destinadas a promover la transformación económica de la nación. En ese cúmulo de directivas, la investigación y desarrollo de energías limpias ocupa un lugar preponderante.

Durante décadas, China ha dependido del carbón para la generación de electricidad. Sin embargo, su uso ha ido retrocediendo paulatinamente gracias a una serie de pasos dirigidos a satisfacer tal fin, llámese fondos de bancos estatales en tecnologías de energía solar, eólica y estrategias de conservación energética como la construcción de trenes de alta velocidad y líneas de metro; la clausura de numerosas plantas de carbón, la cancelación de apertura de otras y, con respecto a las que aún se mantienen, un funcionamiento por debajo de su capacidad.

Una obra que sin duda ya revoluciona el sector de las energías limpias es una enorme instalación solar flotante ubicada en un lago donde otrora existían minas de carbón en Liulong, provincia de Anhui. Su magnitud es tal que puede suministrar energía a gran parte de una urbe cercana y la idea es expandirla a 12 sitios para dar una cantidad de energía similar a la de un reactor nuclear comercial.

Esta tecnología no solo resultará clave para la economía nacional sino también para la internacional con infraestructura central que permita a los países, en especial los de vías en desarrollo, cumplir sus metas climáticas de la mano de alternativas innovadoras y soluciones eficientes y a un precio asequible.

Otro de los grandes emisores de contaminantes, el parque automotor, también está en la mira del Gobierno chino con el respaldo pleno al uso de autos eléctricos y un estimado de 5 millones en circulación para el 2020. Asimismo, en una reunión de apoyo al Acuerdo de París sobre cambio climático celebrada en el mes pasado en Montreal, Canadá, su representante especial, Xie Zhenhua, anunció la intención del país, junto con Gran Bretaña y Francia, de vetar los coches a gasolina y diesel a partir de 2040. Esto representaría sin duda un impulso a la mejora de la calidad del aire.

En cuestión del agua, donde la combinación de desechos industriales y fertilizantes agrícolas ha deteriorado las reservas de la nación, existen progresos. En diciembre del año pasado, China inició la designación de los llamados “jefes de ríos”, funcionarios responsables de proteger los recursos, prevenir y monitorear la contaminación, así como impulsar la restauración ecológica.

Por otro lado, el Plan de Acción sobre Control y Prevención de la Contaminación del Suelo prevé asignación de recursos y revisiones con el fin de mejorar su idoneidad.

El dinamismo de China no solo se ha hecho palpable en su territorio, en la arena internacional también ha tomado el liderazgo en la lucha contra el cambio climático con una adhesión sin tapujos al Acuerdo de París y el compromiso de cooperar con otros países para el surgimiento de una ecocivilización.

Beijing ha trazado un camino similar para sus inversiones en el exterior. Vía la Directiva de Crédito Verde, el Gobierno chino exhorta a sus bancos a controlar el impacto ambiental y social asociado con sus préstamos y recomienda la suspensión o conclusión de fondos allí donde se detecten altos riesgos o peligro. Esto muestra claramente la importancia que confieren los dirigentes del país al tema.

La iniciativa de la Franja y la Ruta, propuesta por el presidente Xi Jinping, financia a través del Banco Asiático de Inversión en Infraestructura obras de energías limpias en Asia, Oriente Medio, África y Europa del este.

El tema es extenso y hay muchos otros frentes de acción que quedan en el tintero, lo cierto es que China ha abierto los ojos a los innumerables desafíos ambientales, es consciente de lo apremiante de su tratamiento oportuno y adecuado, sabe que son una traba para el cumplimiento de su gran sueño y con convicción ha tomado pasos concretos dirigidos a su superación.

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