La justicia brasileña abrió una investigación para determinar si el ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva es propietario de una finca que frecuenta, de la cual niega ser dueño, informaron hoy fuentes judiciales.

En los últimos días la prensa brasileña mencionó que Lula es el propietario de una finca campestre de 173.000 metros cuadrados situada en Atibaia, en el interior del estado de Sao Paulo (sureste del país), aunque oficialmente la propiedad es de dos amigos del ex mandatario.

Lula y su familia visitaron al menos 111 veces la finca en los últimos años, ante lo cual el juez federal Sergio Moro, responsable de las investigaciones del gigantesco escándalo de corrupción en la petrolera estatal Petrobras, decidió abrir una investigación sobre la finca, aunque aclaró que será realizada bajo un estricto secreto judicial.

Las sospechas en la prensa surgieron cuando se descubrió que algunas de las empresas vinculadas a la trama corrupta en Petrobras pagaron costosas reformas en la propiedad, la cual incluso pudo ser amueblada por el propio Lula.

Por su parte, el ex mandatario admitió que visita la finca con frecuencia, sin embargo niega ser el dueño y sostiene que existe una "trama" que intenta "ensuciar" su nombre e vincularlo en la corrupción petrolera.

También se tiene la sospecha de que Lula era el propietario de un lujoso departamento en la ciudad balneario de Guarujá, en el litoral de Sao Paulo, aunque la propiedad es oficialmente de la constructora OAS, implicada en la corrupción petrolera y también responsable por algunas de las reformas realizadas en la finca que ahora se investiga.

La Policía Federal sospecha que la empresa OAS distribuyó departamentos en el edificio de Guarujá como parte de los sobornos a los políticos que ampararon los desvíos de Petrobras.

En ese caso, Lula aparece como "investigado" por los supuestos delitos de "ocultación de patrimonio" y "lavado de dinero". F