Enfoque de China: Tibetanos reciben "Losar del Mono de Fuego" con gratitud y expectación

Sonam Rinchen despertó temprano y se dio cuenta de que su mamá estaba de pie junto a su cama, sonriéndole. Justo cuando iba a abrir la boca, su madre parpadeó.

Sonam Rinchen despertó temprano y se dio cuenta de que su mamá estaba de pie junto a su cama, sonriéndole. Justo cuando iba a abrir la boca, su madre parpadeó.

El niño de siete años de edad de la prefectura autónoma tibetana de Yushu, en la provincia noroccidental china de Qinghai, pronto se dio cuenta de que era el primer día del Año Nuevo tibetano y sus primeras palabras del día debían ser halagüeñas.

"Roseran (Feliz Año Nuevo)", dijo Sonam Rinchen.

"Roseran y Tashi Delek (Buena Suerte)", respondió su madre.

El martes es el primer día del "Losar del Mono de Fuego" en el calendario tibetano. El Año Nuevo tibetano se celebra normalmente con rituales religiosos, largas oraciones, carreras de caballos, reuniones familiares y banquetes. La celebración dura dos semanas.

Dekyi Drolkar se levantó en cuanto inició el día y se refrescó antes de ir al Templo Jokhang en Lhasa, capital de la región autónoma del Tíbet.

La empresaria de 29 años de edad decidió darse un descanso y acompañar a su madre y formarse en la larga fila que avanza lentamente en el templo para orar ante la estatua de Shakyamuni.

"Deseo un año próspero y saludable para mi familia", comentó al ofrecer mantequilla y "hada" una franja de seda cruda y lino, a Buda.

Entre los feligreses también había mucha gente de la etnia han y turistas. Yang Wancai, quien viajó a Qinghai desde su pueblo de origen en la provincia norteña de Hebei hace más de medio siglo y es actualmente un jubilado de 71 años de edad, acudió al monasterio Taer en el distrito de Huangzhong.

"Tengo profundos sentimientos hacia los tibetanos. Deseo un año pacífico y jubiloso para todos nosotros", dijo Yang.

Losar es una época de reuniones familiares. Las familias preparan comida tibetana. Las mujeres hacen Kharbse, un popular platillo hecho de harina y mantequilla de yak, así como guthuk, un alimento tradicional similar a los ravioles.

Wangdu, un hábil repostero tibetano, se convirtió en el invitado más popular en el distrito Gyirong. El hombre de 59 años ha visitado casas preparando postres en forma de pagoda desde la mañana hasta el anochecer durante varios días.

La mayoría de las casas del distrito resultaron dañadas durante un devastador sismo ocurrido en abril pasado. "La reconstrucción empezó de inmediato y ninguno de los residentes tuvo problemas para ganarse la vida y celebraron el Año Nuevo como es usual", dijo Tashi, jefe de la aldea.

La comida tradicional tibetana no sólo es apreciada en áreas remotas. Tsering Yongyi administra un elegante restaurante de comida tibetana en Xining, capital de la provincia de Qinghai.

"Más personas están interesadas en nuestros platillos, y para la fiesta de Año Nuevo las mesas fueron reservadas con días de anticipación, lo cual realmente me sorprendió", dijo la joven, quien agregó que más de 50 por ciento de los clientes son personas de la etnia han y en ocasiones extranjeros.

Los tibetanos también utilizan teléfonos inteligentes y aplicaciones móviles para reportar sus celebraciones de Año Nuevo. Sonam Tseji, una chica tibetana que trabaja en Beijing, envió a su familia una fotografía tomada el día de Año Nuevo a través del servicio de WeChat.

"Cada vez que estoy en casa para el Losar encuentro a mis padres más ancianos que antes. Mi mejor deseo es que el próximo año ellos sean felices y estén sanos", expresó Sonam Tseji en un mensaje junto con la foto. F

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Palabras clave : Tíbet, Losar

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