Los conflictos de 2010 ponen a prueba la diplomacia de Beijing

La palabra (zhuàng), que significa ‘choque, colisión’, describe bien los desafíos diplomáticos a los que China ha hecho frente en este año 2010 que ya acaba. Los enfrentamientos con Japón, Estados Unidos y los derivados de la crisis coreana han definido la creciente influencia de China en la escena internacional y han puesto de relieve las discusiones internas sobre su nuevo papel global.

(SPANISH.CHINA.ORG.CN) – La palabra 撞(zhuàng), que significa ‘choque, colisión’, describe bien los desafíos diplomáticos a los que China ha hecho frente en este año 2010 que ya acaba. Los enfrentamientos con Japón, Estados Unidos y los derivados de la crisis coreana han definido la creciente influencia de China en la escena internacional y han puesto de relieve las discusiones internas sobre su nuevo papel global.

El año 2010 ya termina, pero las tensiones permanecen entre los viejos rivales, China y Japón. La semana pasada, Tokio anunciaba un giro en su política de defensa basándose en la percepción de la modernización militar de China como “un motivo de preocupación tanto para la región como para la comunidad internacional”.

Las nuevas directivas sobre el Programa Nacional de Defensa ponen la vía para el desarrollo de las fuerzas armadas japonesas en la próxima década y proponen un aumento de la presencia de submarinos en las proximidades del archipiélago de Nansei. La cadena de islas incluye las islas Diaoyu, cuya soberanía China reclama de forma indiscutible.

La portavoz del Ministerio de Exteriores chino, Jiang Yu, respondió a los comentarios japoneses calificándolos de “irresponsables”. Jiang dijo que “ningún país tiene derecho a actuar como representante de la comunidad internacional”.

Choques entre China y Japón

Este año ha sido complicado para ambas potencias asiáticas, especialmente después de la colisión (literal) el 7 de septiembre entre dos patrulleras japonesas y un barco pesquero chino en las aguas próximas a las islas Diaoyu, que resultó en la detención por parte de Japón de los tripulantes chinos.

Desde entonces, no han faltado esfuerzos diplomáticos para volver a poner la relación en el buen camino, pero los sentimientos nacionalistas han brotado en protestas callejeras en ambos países. Los máximos líderes chinos llamaron a consultas al embajador nipón hasta en seis ocasiones en dos semanas a consecuencia del incidente marítimo, con el fin de reafirmar las reclamaciones de soberanía de China sobre las islas Diaoyu, en cuyas aguas se cree que existen yacimientos energéticos importantes.

El ministro japonés de Exteriores, Seiji Maehara, también contribuyó al deterioro de las relaciones bilaterales al calificar las respuestas de Beijing al incidente como ‘histéricas’. Desde China, líderes políticos y académicos consideran que la respuesta fue ‘comprensible’.

Aunque Beijing ha reafirmado ante los países asiáticos el carácter pacífico de su crecimiento en los años recientes, las dudas siguen existiendo sobre las reclamaciones territoriales de Beijing y el desarrollo de su fuerza naval, especialmente desde que China sobrepasara a Japón este año como segunda mayor economía mundial.

“Ellos (en Japón) ven esto con temor, a pesar de que en muchos sentidos toman cuenta de los beneficios de una mayor cooperación económica”, afirma Kerry Brown, investigador del Programa Asia de Chathan House, con sede en Londres, citado por Global Times. Por ello, miran a otra potencia al otro lado del Pacífico para que actúe de contrapeso ante una China cada vez más poderosa.

Rifirrafes con EEUU

Los supuestos ciberataques contra Google perpetrados desde territorio chino en enero dieron lugar a una serie de disputas entre Washington y Beijing. La secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, solicitó una investigación “integral y transparente” sobre los ciberataques, una iniciativa que fue rechazada por Beijing, que lo consideraba un ataque contra China oculto tras las reclamaciones de libertad en internet.

En julio, Clinton afirmó que Estados Unidos “considera de interés nacional la libertad de navegación, el acceso abierto a las aguas extraterritoriales de Asia y el respeto del derecho internacional en las aguas del mar de la China Meridional”, una zona que Beijing considera de interés nacional clave.

El Ministro de Exteriores chino, Yang Jiechi, respondió en la misma conferencia de prensa que Estados Unidos estaba intentando internacionalizar la cuestión del mar de la China Meridional.

Las divisas y el comercio fueron otras de las dos áreas principales en las que China y Estados Unidos también tuvieron sus más y sus menos. “Tomar medidas proteccionistas contra China sólo causará daños al comercio bilateral y tendrá un impacto negativo en las economías de ambos países”, afirmó el canciller Yang después de que la Cámara de Representantes norteamericana adoptara el Acta de Reforma Monetaria para un Comercio Justo en septiembre pasado.

La concesión del Premio Nobel de la Paz a Liu Xiaobo, considerado por China como un criminal culpable de subversión contra el Estado, es visto desde Beijing como un conflicto ideológico que muestra el abismo entre China y Occidente, no sólo Estados Unidos. Sin embargo, los países occidentales miran a Estados Unidos para que tome la iniciativa de presionar a China, algo que Washington no ha dejado de hacer, insistiendo en que China liberara a Liu de prisión.

Inestabilidad en la península coreana

Con el hundimiento del Cheonan en marzo todavía sobre la mesa, el 23 de noviembre un ataque de artillería norcoreana contra la isla surcoreana de Yeongpyeong puso a China de nuevo en su posición de mediador.

China fue acusada de ‘injusta’ por no condenar el ataque norcoreano. Sin embargo, cuando China hizo un llamamiento a una ronda de negociaciones de urgencia a seis bandas, Estados Unidos llevó a cabo ejercicios militares conjuntos con Corea del Sur y Japón, desplegando un portaaviones en el Mar Amarillo.

“Los pueblos de ambos lados de la península serían los primeros en sufrir en caso de un choque entre las dos partes. La paz y la estabilidad en la región también resultaría dañada y tendría consecuencias desastrosas para los países vecinos”, declaró Jiang Yu en una rueda de prensa el sábado pasado.

Señales de alivio

La embajada japonesa en Beijing ha confirmado que su embajador tenía en principio planes de visitar Nanjing, aunque no han trascendido más detalles.

Dicha visita reviste un carácter altamente simbólico. Japón ocupó Nanjing el 13 de diciembre de 1937 y emprendió una masacre que se prolongó durante seis semanas. Los registros señalan que más de 300 mil personas –incluyendo soldados desarmados y civiles- fueron asesinados, una herida sentimental que sigue abierta en la memoria colectiva china. Si esta visita se hiciera realidad, enviaría un mensaje de buena voluntad y sinceridad por parte de Japón hacia el pueblo chino.

Tras los diálogos en Washinton DC el miércoles pasado, los máximos líderes chinos y norteamericanos anunciaron que se han registrado avances en cuestiones relativas a la carne de vacuno, software y otras cuestiones bilaterales fuente de discordia en los últimos meses, un avance positivo que predispone un buen camino para la visita de Hu Jintao a Estados Unidos el próximo mes.

Con respecto a las tensiones coreanas, el Consejero de Estado chino Dai Bingguo se entrevistó con el líder norcoreano Kim Jong-il en Pyongyang el 9 de diciembre y Corea del Norte aceptó volver a las negociaciones a seis bandas.

Expectativas crecientes

El mayor poder de China conlleva mayores responsabilidades, según Danny Quah, profesor de economía en la Escuela de Economía y Ciencias Políticas de Londres. “El centro de gravedad económico se ha desplazado del oeste hacia el este”, afirma.

Según Yang Jiechi, “como un gran país en vías de desarrollo, China podrá utilizar su mayor potencia para contribuir más a la paz, la estabilidad y el desarrollo mundial y regional”.

Brown estima que “los máximos líderes chinos tienen ahora una una responsabilidad masiva para hablar al mundo y para articular los legítimos intereses y ambiciones de China de forma más clara. Es importante que se comprometan con el mundo y pongan a China en una posición de vanguardia de forma lógica y con fuerza”.

Dai Bingguo, en un artículo publicado el 6 de diciembre, reiteraba el compromiso de China con el desarrollo y el ascenso pacífico. “La oposición a la hegemonía es un principio recogido en la Constitución China y en la constitución del Partido Comunista Chino. Probablemente, ningún otro país ni partido político del mundo ha hecho lo mismo jamás”, afirmaba el líder chino.

“China afronta el nuevo año diplomático con las manos llenas, con un crecimiento rápido en un entorno cambiante”, resume Cui, de CICIR. “El país debe aprender de los malos y los buenos momentos, llevar buenas relaciones con los países vecinos, romper con la maldición de los conflictos en las transiciones de poder y emerger como un país pacífico y responsable”, considera Cui. (con información de Global Times)

Palabras clave : diplomacia-relaciones internacionales-Corea-China-EEUU-China-Japón-desarrollo-pacífico

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