La cuestión del cambio climático plantea un serio desafío a nivel mundial en el siglo XXI. El hecho de que la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de Copenhague celebrada el año pasado no lograra alcanzar ningún tratado que hay que cumplirse para los años posteriores al 2012, ha aumentado la confianza de cara a la próxima Conferencia de Cancún, México, en noviembre.
"Toda la gente espera que en la Conferencia de Cancún se pueda lograr progresos y que las partes alcancen acuerdos relacionados. Sin embargo, la situación actual deja aún entrever diferencias", dijo He Jiankun, director del Laboratorio de Energía de Bajo Carbono, de la Universidad Tsinghua con sede en Beijing.
De acuerdo con He, los países en vías de desarrollo esperan resaltar de manera continua acuerdos bajo la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) y el Protocolo de Kioto, así como acuerdos sobre los objetivos de reducción de las emisiones de carbono en los países industrializados después de 2012, y pactos para fomentar que los países en vías de desarrollo se incorporen efectivamente a la propuesta.
El Protocolo de Kioto es un acuerdo internacional vinculado a la CMNUCC, que tiene por objetivo reducir las emisiones de gases de efecto invernadero para el año 2012 y establece objetivos vinculantes para 37 países industrializados y la Unión Europea (UE).
"El principal problema ahora es que Estados Unidos y otros países desarrollados están tratando de anular el Protocolo de Kioto y restar importancia a sus responsabilidades, y sólo están dispuestos a conversar con los países en vías de desarrollo sobre dichas responsabilidades bajo la CMNUCC. Y esto desdibujará las diferencias entre los países en vías de desarrollo y los desarrollados ", dijo He Jiankun.
El conflicto de intereses y responsabilidades en cuanto a la reducción de emisiones entre los países en vías de desarrollo y los industrializados ha sido una de las cuestiones principales en la conferencia de Copenhague y es probable que lo siga siendo.
Como último esfuerzo previo a la conferencia de Cancún, las negociaciones sobre cambio climático se celebraron en octubre en Tianjin, la mayor ciudad portuaria en el norte de China, para solventar las discrepancias y preparar las conversaciones de México. Cerca de 3.000 delegados de los países signatarios y las organizaciones no gubernamentales se reunieron en China para buscar intereses comunes y fijar el programa de la conferencia de Cancún.
No se han alcanzado acuerdos en cuanto a la provision de fondos a los países en vías de desarrollo por parte de las naciones industrializadas con el fin de combatir el cambio climático, o sobre las cuotas de asignaciones de emisiones de efecto invernadero para los países desarrollados y los en vías de desarrollo. De ahí que aún no se hable de ningún acuerdo jurídicamente vinculante.
Christiana Figueres, Secretaria Ejecutiva de la CMNUCC, admitió en Tianjin que siempre habrá una diferenciación entre los países desarrollados y los en vías de desarrollo.
El objetivo de las negociaciones de Tianjin fue sentar las bases para la Conferencia de Cancún de noviembre a fin de que los últimos avances sobre el cambio climático se perfilen en México. Sin embargo, dado que las negociaciones están relacionadas con algunos de los intereses nacionales esenciales, los expertos prevén que el proceso de conversaciones sea largo y arduo. A ello se suma la falta de acción por parte de las naciones industrializadas en la lucha contra el cambio climático.
Durante las conversaciones de Tianjin, la UE se comprometió a destinar 2.400 millones de euros para ayudar a que los países en vías de desarrollo establezcan un mecanismo de adaptación. Sin embargo, el "Grupo Paraguas", incluido Estados Unidos, no ha asignado ninguna cifra concreta. No obstante, muchos delegados se muestran optimistas al respecto.
Li Yan, director del proyecto de Greenpeace, dijo que "a las naciones industrializadas les preocupa más si el dinero se utiliza adecuadamente. Estas preguntas deben ser contestadas en el camino a Cancún".
Muchos expertos creen que hay cierta base para que la comunidad internacional negocie sobre la reducción de emisiones, la disposición de capital y la transferencia tecnológica. Mientras las naciones industrializadas demuestren su sinceridad, podría haber resultados periódicos en las conversaciones de Cancún, a pesar de su complejidad.
"En la conferencia de Cancún pueden lograrse acuerdos sobre financiación. Algunas partes ya se han comprometido a la asignación de un fondo inicial de 30.000 millones de dólares.", señaló He Jiankun.
China dejó clara su postura en noviembre del año pasado, para reducir el dióxido de carbono por unidad de PIB entre un 40 y 45 por ciento para 2020 con respecto al nivel de 2005. Éste es otro paso que China adopta por su propia cuenta, ya que redujo las emisiones de CO2 en un 46 por ciento de 1990 a 2005.
"El gobierno chino ha hecho su compromiso de reducir carbono", dijo Xie Zhenhua, viceministro encargado de la Comisión Nacional de Desarrollo y Reforma, durante las conversaciones de Tianjin.
La CMNUCC entró en vigor en 1994. Su objetivo es evitar la "peligrosa" interferencia humana en el sistema climático. Un total de 192 países ha ratificado el marco. Sin embargo, la Unión Europea, el "Grupo Paraguas", China y el Grupo de los 77, el Grupo de Pequeños Estados Insulares, y la mayoría de los países subdesarrollados, han elaborado un complejo sistema de negociación que contempla diversos intereses y apelaciones.
El tiempo para hacer frente al cambio climático se está acabando y si los países no logran un consenso en cuanto a decisiones y acciones comunes, el destino de todos se agravará, advirtió la secretaria ejecutiva de la CMNUCC.
El cambio climático es ya una realidad apremiante. Sólo a través de los esfuerzos globales de la humanidad se podría frenar la situación y salvar el planeta. Dejando las diferencias de lado, está previsto que la próxima conferencia de la ONU, programada entre el 29 de noviembre y el 10 de diciembre en Cancún, sea una reunión de crucial importancia, que podría cambiar las perspectivas de los países en vías de desarrollo e industrializados por igual. Fin