Como muchos otros extranjeros que
han visitado Xinjiang , la estudiante estadounidense Pam Ariand se
muestra sorprendida por los enormes cambios ocurridos en esta
región autónoma situada al noroeste de China.
"Hace varios años era imposible ver
hamburguesas, pero actualmente uno puede encontrar con facilidad
Kentucky Fried Chicken, pizzerías y muchos otros alimentos
occidentales", afirma Ariand, que estudia el idioma tajiki y la
historia y cultura de Asia Central en la Universidad de Xinjiang
.
Además, la notable mejora del
sistema de transporte ha facilitado el día a día de los habitantes
locales, agrega Ariand, que recuerda que en 1997 hacían falta tres
días para desplazarse en autobús desde la capital regional, Urumqi,
a la ciudad de Kashi, en el sur de la región.
Las autoridades de Xinjiang han
invertido en los últimos cuatro años 23,400 millones de yuanes
(2,800 millones de dólares) en la construcción de carreteras, que a
finales de 2004 totalizaban los 86,824 kilómetros, casi diez veces
más que en 1955, fecha de fundación de la región.
El canadiense Brian Swords, profesor
de inglés en la Universidad de Agricultura de Xinjiang , confiesa
haberse quedado "asombrado" por el rápido desarrollo económico y
social de la región, en la que habitan 19.6 millones de habitantes
de 47 grupos étnicos.
"Antes de llegar, me había imaginado
que en las calles vería sólo coches de caballo. Pero hay
automóviles, autobuses y muchos otros vehículos modernos", comenta
Swords al relatar su primer viaje a Urumqi, en 2000.
Las cifras oficiales muestran que el
Producto Interior Bruto ( PIB) de Xinjiang en 2004 alcanzó 220,000
millones de yuanes (27, 200 millones de dólares), comparados con
los tan sólo 1,200 millones de yuanes (148 millones de dólares) en
1955, mientras que el PIB per cápita creció de los 30 dólares a los
actuales 1,383 dólares.
Stanislav Perkin, turista israelí,
está profundamente impresionado por la belleza del Lago de Kanas,
un conocido punto turístico en el norte de la región, y las
peculiares costumbres y coloridas danzas de los grupos étnicos.
"Es muy importante proteger la
diversidad cultural de las etnias minoritarias, que son una puerta
para que los extranjeros puedan conocer Xinjiang ", opinó.
Azeem Inayat, médico pakistaní que
ha trabajado tres años en la ciudad de Shihezi, al oeste de Urumqi,
elogió la unidad nacional entre los habitantes locales.
"He visitado muchos lugares de
Xinjiang , donde veo el progreso, el desarrollo y la unidad",
afirmó.
(02/10/2005, Agencia de Xinhua)
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