Respuesta: Las causas son varias. Una es que algunos países y organizaciones “observadoras de los derechos humanos” tienen desde hace tiempo prejuicios contra el Gobierno chino y las realidades de China. Debido a ello sus informes anuales juntan hechos no existentes, partiendo meramente de objetivos políticos. Por supuesto, también hay países e individuos que no conocen bien la situación de los derechos humanos en China.
Sostenemos que estos derechos son productos de la política, economía y cultura de sociedades dadas. Es normal que haya divergencias entre los países en esta materia. Se trata de un reflejo de las diferencia de sus historias y condiciones nacionales y de la diversidad mundial en esta cuestión, y también de la tendencia de multipolarización del mundo actual. Sin embargo, cuando se evalúa la situación de los derechos humanos de un país, no es aconsejable hacerlo cortando su historia o divorciándose de sus condiciones nacionales, y aún menos tomando algún modelo o la situación de cierto país o región como rasero. China respeta los principios universales de la comunidad internacional en materia de derechos humanos, pero está en contra de la politización de su concepto y de la confrontación en ellos.
Estimar la dignidad y el valor del hombre es una virtud tradicional de la nación china. Los sabios chinos antiguos decían: “El hombre es lo más precioso entre el Cielo y la Tierra” y “la mayor benevolencia es amar al hombre”. Estos preceptos tienen una profunda influencia en nuestra sociedad. Hoy día, el pueblo chino goza de una garantía de los derechos humano que nunca haya existido en el pasado. China es un país en vías de desarrollo con 1.300 millones de personas. Ésta es la condición nacional que determina que la subsistencia y el desarrollo son los derechos humanos básicos y más importantes para este país, y que a menos que se resuelva el problema de alimentación y ropa estarán fuera de lugar los otros derechos. Es precisamente para hacer progresar los derechos humanos que China aplica la reforma y la apertura. De ello la prueba más elocuente es que en los pasados cerca de veinte años, el país ha dado lo suficiente de comer al 22% de la población mundial teniendo tan sólo el 7% de las tierras cultivables del mundo, ha disminuido la población pobre en más de 200 millones de personas y ha dado solución en lo básico a la alimentación y la ropa a sus 1.300 millones de habitantes. Al mismo tiempo, el pueblo chino ha comenzado a gozar plenamente de todos los derechos políticos, económicos y culturales a la altura del nivel de desarrollo social del país. En fin, no concuerda con la realidad la opinión de que China atribuye importancia sólo al desarrollo económico pasando por alto la protección de los derechos humanos.
Por supuesto, no diremos que los derechos humanos en China sean perfectos. En un país en vías de desarrollo con una población tan numerosa y restringido por las condiciones naturales, los antecedentes históricos y el nivel de desarrollo social y económico entre otros factores, nuestra situación de los derechos humanos aún tiene mucho que mejorar. Justo es por ello que hemos dado mayor intensidad como nunca a las medidas tomadas en lo que atañe a la democracia y la legalidad. Hasta ahora China ha suscrito 21 convenciones internacionales de derechos humanos y ha cumplido concienzudamente sus obligaciones.
El mundo debe ser variopinto y atractivo. China respeta los principios universales de la comunidad internacional en materia de derechos humanos. Pero debido a las diferencias de sistemas sociales, niveles de desarrollo económico, antecedentes históricos y tradiciones culturales, es normal e inevitable que existan divergencias entre China y los países occidentales en cuestión de derechos humanos. Pero lo importante es cómo resolverlas. China siempre ha estado por desarrollar el diálogo con otros países a base de la igualdad, el respeto mutuo y la doble dirección. Hemos celebrado varias rondas de diálogo con muchos países y estamos dispuestos a hacerlo en el futuro también. Es nuestro deseo fortalecer el intercambio y la cooperación con demás países para promover conjuntamente la causa mundial de los derechos humanos.
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