Respuesta: China practica con rigor la separación entre la administración y la religión. El Gobierno chino pone en igual plano y da trato igual al budismo, el taoísmo, el protestantismo, el catolicismo y el islamismo, que son las cinco religiones existentes en el país, aplica concienzudamente la política de libertad de credo, no asumirá la posición a favor de una religión determinada ni juzgará con la óptica de los gobernantes feudales del pasado “lo correcto” o lo “perverso” con respecto a la religión. Ya examinando los hechos o viendo desde el ángulo de la ley, cuando definimos al Falungong como secta perversa y decidimos su proscripción, estábamos basados en que era una secta diabólica contra la humanidad, la sociedad y la ciencia. Ningún gobierno responsable en el mundo se quedará de brazos cruzados sino que recurrirá a la prohibición frente a una secta perversa como el Falungong por sus daños ocasionados a la sociedad.
Dado que China es un país dedicado a construir y perfeccionar el sistema legal socialista, sus fundamentos para proscribir el Falungong son como sigue:
Primero, el Falungong viola el Código Penal y otras leyes de China. Usurpando la religión, el qigong (gimnasia china tradicional de movimientos aeróbicos) y otros nombres y so pretexto de fortalecimiento de la salud, Li Hongzhi incitó y organizó a practicantes del Falungong, ignorantes de la verdad, para que asediaran y atacaran organismos estatales y entidades de prensa, e incluso indujo abiertamente a algunos a la autoincineración y el suicidio, disturbando el orden social, perjudicando la seguridad de vida y propiedad de las masas populares y el desarrollo económico del país en violación de las estipulaciones pertinentes del Código Penal de China.
Segundo, la Ley china de Protección de los Menores de Edad prescribe: “Se exige responsabilidad penal por la transgresión de los derechos personales u otros derechos legales a los menores de edad según la ley si constituye crimen”. Li Hongzhi y compañía engañaron y azuzaron a menores de edad a practicar el Falungong, los controlaron en lo espiritual, y hasta los indujeron a quemarse en detrimento de sus vidas. Esto fue una seria infracción del derecho a la existencia y la vida y otros derechos personales de los menores y constituyó un grave pisoteo de la Ley de Protección de los Menores de Edad y la Ley de Prevención de la Delincuencia de los Menores de Edad entre otras.
Tercero, incitados y embrujados por Li Hongzhi y la organización del Falungong, un puñado de adeptos recalcitrantes se juntaron y manifestaron ilegalmente, imprimieron, pegaron y enviaron panfletos ilegales, y provocaron problemas e incidentes sin cesar en la plaza Tian’anmen para crear influencia, en grave violación de lo estatuido en la Ley de Reuniones y Manifestaciones, el Reglamento de Administración del Orden Público y Sanciones y los Anuncios del Ministerio de Seguridad Pública. Éstos prescriben: Se castigará según el Código Penal y las estipulaciones pertinentes a los organizadores y manipuladores de reuniones y manifestaciones ilegales.
Y cuarto, el Falungong, una agrupación diabólica y secreta, fundó ilegalmente la “sociedad de estudio de la ley del falung (rueda mágica)”, estaciones de instrucción y puntos de práctica, y con toda clase de seducciones y “artículos de disciplina” sometió a control en lo psíquico a los practicantes. Li Hongzhi y sus seguidores fanáticos provocaron problemas e incidentes en repetidas ocasiones, en contravención también a las estipulaciones legales sobre el registro y administración de agrupaciones sociales.
Pero a fin de cuentas, el Gobierno chino jamás recurrirá a recursos jurídicos o administrativos para tratar las ideas y creencias en la cabeza de la gente, porque esto no está permitido por la democracia y la legalidad socialistas ni surte efecto. En China no hay “presos ideológicos” ni “crimen de creencia”. Hasta la fecha, cualquiera de los miembros del Falungong que están restringidos en lo administrativo o son castigados por la ley está asumiendo solamente las consecuencias de sus actos sociales. Con respecto a aquellos hechizados y embaucados por la terminología religiosa adulterada de Li Hongzhi y que por ello malentendieron y practicaron la “ley del falung” como doctrina religiosa, una vez que se zafen por iniciativa propia del control en lo ideológico y organizativo del Falungong, tendrán pleno derecho a acomodar su mundo espiritual y disfrutar la alegría de la libertad de creencia participando en actividades religiosas normales.
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