Repuesta: En calidad de tal, China sostiene desde siempre que las Naciones Unidas desempeñan un papel insustituible en los asuntos internacionales. Respecto a su reforma en preparación, siempre ha manifestado apoyo y ha dado opiniones en varias ocasiones sobre los principios y la orientación para la reforma.

En marzo de 2005 el Secretario General de la ONU Kofi Annan presentó el informe sobre acciones posteriores a la Cumbre del Milenio ante la Asamblea General de la organización. Sin embargo, lo que ocurrió dio espalda al deseo. Pues, desde la publicación del informe los países han concentrado su interés totalmente en el asunto de ampliación del Consejo de Seguridad, han presentado proyectos de ampliación divergentes y se han enfrascado en polémicas.

China sostiene que la reforma en preparación es la más profunda y la más completa que ha tenido la ONU desde su fundación y atañe a muchos contenidos, que sólo ateniéndose al principio de discernimiento entre lo principal y lo secundario y progreso ordenado y gradual podrá la reforma avanzar sin inconvenientes, y que probablemente se desviaría de la dirección requerida de no comenzar por los problemas clave.

El 7 de junio de 2005, para hacer constar su posición principista, el Gobierno chino publicó por primera vez en forma de documento oficial el Documento de Posición de China sobre los Problemas de Reforma de las Naciones Unidas, elucidando totalmente su posición acerca del desarrollo, la seguridad, la administración según la ley, los derechos humanos, la democracia y el fortalecimiento de las Naciones Unidas. China considera que la reforma de esta organización debe adherirse a los siguientes principios:

Primero, la reforma debe ser conveniente para impulsar el multilateralismo, elevar la autoridad y eficiencia de las Naciones Unidas y su capacidad de dar respuesta a amenazas y desafíos nuevos.

Segundo, la reforma debe mantener los propósitos y principios de la Carta de las Naciones Unidas, sobre todo la igualdad de soberanía, la no intervención en los asuntos internos, la solución de disputas por vía pacífica y el fortalecimiento de la cooperación internacional.

Tercero, la reforma debe ser omnidireccional y cubrir múltiples campos, tener éxitos en el ámbito de la seguridad y el del desarrollo, sobre todo revertir la tendencia de la ONU a “estimar la seguridad más que el desarrollo” en su trabajo, aumentar la inversión en el campo del desarrollo e impulsar la realización de las metas del milenio.

Cuarto, la reforma debe satisfacer al máximo a todos los países miembros, sobre todo las exigencias e interés de la masa de países en vías de desarrollo. Se debe desplegar la democracia, hacer consultas plenas y esforzarse por alcanzar una conformidad lo más amplia posible.

Y quinto, la reforma debe comenzar por lo fácil antes que lo difícil y progresar en orden y paso a paso, favoreciendo el mantenimiento e incremento de la unidad de los países miembros de las Naciones Unidas. Con respecto a las propuestas sobre las que se haya alcanzado la unanimidad, hay que tomar decisiones y ponerlas en práctica lo más pronto posible; en cuanto a los problemas importantes sobre las que subsistan discrepancias, se debe asumir una actitud prudente y continuar con la consulta para lograr una unanimidad amplia, pero no fijar artificialmente los límites de tiempo o impulsar forzadamente la toma de decisiones.

China es uno de los primeros países en proponer la reforma de las Naciones Unidas y es uno de los que con mayor fuerza la apoya. China apoya una reforma de las Naciones Unidas en todos los sentidos y en múltiples campos, con vistas a elevar la autoridad y la eficiencia de la organización y su capacidad de hacer frente con eficacia a amenazas o retos globales, y a proteger aún mejor los intereses de largo plazo de las Naciones Unidas y los intereses comunes de los países miembros.