Las aerolíneas chinas han comenzado
a incrementar sus vuelos a Lhasa, capital de la Región Autónoma del
Tíbet, en un intento por aprovechar el despegue turístico generado
en la zona por la apertura el pasado sábado de la línea férrea
Qinghai-Tíbet.
Tras el lanzamiento el pasado mes de
mayo de una nueva línea entre Xi'an y Lhasa por parte de Hainan
Airlines, China Eastern Airlines inauguró la pasada semana una
nueva ruta Shanghai-Xi'an- Lhasa.
Por su parte, Air China, quien ha
monopolizado los desplazamientos aéreos desde y hacia la región
autónoma durante cerca de 40 años, destinará tres Airbus A330 a la
línea Chengdu- Lhasa e incrementará el número de vuelos diarios
desde los ocho actuales hasta diez.
De acuerdo con las estimaciones de
la oficina de turismo del Tíbet, la puesta en marcha de la nueva
línea férrea incrementará la llegada de turistas hasta situarla en
400 mil anuales.
Chen Xin, subdirector del
departamento de planificación de Air China, considera que el nuevo
ferrocarril apenas afectará al número de pasajeros en las rutas
aéreas, por el contrario, el crecimiento del número de turistas
aportará una nueva fuente de ingresos a las aerolíneas.
De acuerdo con Chen, la ventaja
económica que supone la elección del tren viene condicionada por el
mayor tiempo necesario para el desplazamiento, lo cual podría
provocar que, si bien los turistas pueden decantarse por el tren
para llegar hasta Lhasa, el avión podría ser el medio elegido para
el viaje de regreso.
En la actualidad el coste de un
pasaje aéreo de ida desde Beijing a Lhasa se sitúa en 2.430 yuanes
(303,75 dólares).
En el caso del ferrocarril, los
precios se sitúan en 389 yuanes (48,6 dólares) para la clase más
barata (asiento duro), 813 yuanes (101,6 dólares) en clase media
(cama dura) y 1.262 yuanes (157,75 dólares) para la clase alta
(cama blanda).
De acuerdo con Gao Hongfeng,
subdirector de la Administración de Aviación Civil, una de las
razones para el elevado precio de los vuelos a Lhasa reside en el
alto coste de las adaptaciones necesarias en los aviones para su
acondicionamiento a grandes alturas.
Otros factores a tener en cuenta son
la necesidad de llevar hasta Lhasa el combustible necesario para el
viaje de retorno, reduciendo por tanto su capacidad de carga, así
como las especiales condiciones climáticas de la zona, las cuales
elevan en gran medida las posibilidades de tener que detenerse en
otros aeropuertos antes de llegar a Lhasa, situación que se produjo
en 2005 en 108 ocasiones.
(04/07/2006, CIIC-Agencia de
Xinhua)
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