La pradera de Damxung por donde
atraviesa el ferrocarril Qinghai-Tíbet, a parte de la base de la
línea férrea, sigue siendo igual como antes. Porque en la
construcción del ferrocarril se colocó siempre la conservación del
medio ambiente en la posición prioritaria, que absorbía una
inversión de 2.000 millones de yuanes, suma mucho superior al
criterio de la inversión en la protección ambiental establecido por
el Estado para los grandes proyectos.
(19/06/2006, CIIC)
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