Varios años atrás, se dictó la orden
del inicio de la construcción del ferrocarril en la árida y vasta
altiplanicie Qinghai-Tíbet; varios años después, los rieles ya se
han extendido hasta Lhasa. ¿Cómo es el primer tren en la historia
que entra en el Tíbet? ¿Puede resistir el intenso frío, los feroces
ventisqueros, las fuertes tempestades de arena y los poderosos
truenos y relámpagos de la zona más elevada del mundo? ¿Es capaz de
proteger a los pasajeros de los daños por el aire enrarecido y la
radiación de rayos ultravioletas para llevarlos sanos y salvos y
cómodamente al Tíbet? Hasta la fecha, en el mundo no existe ningún
tren que recorre en un ambiente semejante, por lo que el tren
Qinghai-Tíbet es el único.
I. Locomotora de
altiplanicie con equipos comparables a los del avión
Esta línea férrea, que yace en la
región más elevada del mundo acompañada por el límpido cielo, las
nubes blancas, las montañas nevadas, los lagos y los rebaños de
ovejas que pastorean, se parece a un divino camino celestial. Y la
superación de los tres puntos clave de tecnología como el suelo
congelado, el ecosistema frágil y el enrarecimiento del aire
tropezados en la construcción dota a este ferrocarril un
significado del camino celestial.
Porque hasta la fecha no existe en
el mundo ningún otro ferrocarril ni tren semejante como éste. La
razón reside en que no existe otra altiplanicie tal como la
Qinghai-Tíbet, ni un ambiente pésimo comparable al de esta
altiplanicie. Por lo que no hay ningún cotejo ni referencia de
técnicas maduras en la construcción del ferrocarril.
Con el fin de adaptarse al ambiente
geográfico, la locomotora de combustión interna “Diosa nevada”
especialmente investigada y desarrollada para el ferrocarril
Qinghai-Tíbet ha adoptado nuevas tecnologías en 12 aspectos, tales
como la potencia del motor diesel, las propiedades de arranque, el
sistema del freno, la capacidad resistente del frío y la
confiabilidad, el suministro de oxígeno y la función a prueba de
rayos ultravioletas. La cabina de conductor está equipada con
vidrio revestido a prueba de rayos ultravioletas y en la parte
trasera del techo está equipada con una máquina productora de
oxígeno para el consumo del tripulante.
En la zona de suelo congelado, la
locomotora puede correr a una velocidad de 100 km/hora con bajo
consumo de combustible y reducida descarga de contaminantes.
En cada coche están equipados dos
sistemas de suministro de oxígeno, uno eleva el contenido del
oxígeno en el aire al 23 por ciento mediante el sistema de aire
acondicionador, y el otro permite al pasajero respirar directamente
el oxígeno a través de una interfaz especial tal como en el
avión.
II. Los riesgos a lo largo
del ferrocarril se convertirán en paisajes a través de la
ventana
Los trenes del ferrocarril
Qinghai-Tíbet se dividen en tren de pasajeros y tren de turismo, el
primero se dedica principalmente al transporte de pasajeros como un
puro medio de comunicación, y el último desempaña otra función de
turismo, que se para al llegar a un punto de paisaje para que los
turistas se apeen y saquen fotos de recuerdo.
Una vez subido al tren, uno se
siente que ha entrado en un hotel, en el que puede ir cómodamente
al Tíbet mientras digustando un café, un viaje realmente
admirable.
Para entonces, Lhasa servirá de un
nexo de aviación aérea, de ferrocarriles y de carreteras, tal vez
se convertiría en un destino de turismo ecológico y expedición de
altiplanicie de la más alta categoría en la mayor elevación del
mundo. Ha llegado el día en que un tren expreso que atraviesa Asia
lleva a pasajeros en coches lujosos al Tíbet.
(16/06/2006, CIIC)
|