Los legisladores y asesores políticos chinos que participan en las dos sesiones anuales de sus respectivos organismos estos días, han mostrado un mayor criticismo centrado en cuestiones como la corrupción o las cuestiones de carácter rural.
Entre las críticas más duras se encuentran las destinadas a cuestionar ciertos gastos presumiblemente excesivos, como los 60 millones de yuanes (7,7 millones de dólares) para la construcción de un balneario o el desmesurado crecimiento de los chalets y campos de golf en todo el país.
De acuerdo con los expertos, las críticas sobre la creciente división entre ricos y pobres en el país asiático, manifestadas de distintas formas, han contribuido a una visión más consciente y alerta de la situación por parte del gobierno.
El presidente chino, Hu Jintao, demandó a los responsables locales en un encuentro con diputados de la Asamblea Popular Nacional el seguimiento de los "tres sentidos": sentido de la crisis, sentido del funcionariado público y sentido de la frugalidad.
Hu espera que los "tres sentidos" impulsen a los responsables gubernamentales de los distintos niveles administrativos a mantener un espíritu pionero y empresarial, servir con dedicación al pueblo y liderar a las masas para alcanzar nuevos progresos en la reforma, apertura e impulso modernizador socialista.
Yin Jizuo, diputado de la APN y presidente de la Academia de Ciencias Sociales de Shanghai, señala que algunos responsables, carentes de los "tres sentidos", se muestran satisfechos con logros superficiales e ignoran los problemas más acuciantes, debidos al rápido crecimiento económico.
"En la actualidad son indiferentes los logros alcanzados hasta el momento, no pueden ser divididos entre 1.300 millones de habitantes. Aún quedan muchos problemas por solucionar", sostiene Qu Jun, subdirector del departamento municipal de educación de Shanghai.
De forma paralela a la celebración de las sesiones anuales en Beijing, un accidente minero causó la muerte de 47 personas en la ciudad de Xinzhou, provincia septentrional de Shanxi. De nuevo la seguridad laboral ocupó la primera plana política con los responsables locales acusados de omisión de su deber de supervisión.
El buró de seguridad minera de Xinzhou aceptó supuestamente " prestamos" por valor de más de 2 millones de yuanes (256.410 dólares USA) provenientes de los propietarios de minas de carbón para la ampliación de sus oficinas y la compra de vehículos. A cambio cerraron los ojos ante el funcionamiento ilegal de minas peligrosas.
Estos funcionarios merecen una condena mayor que los irresponsables dueños de las minas por los frecuentes accidentes, sostienen algunos legisladores y asesores políticos desplazados a Beijing.
Los "agujeros institucionales", como la falta de criterios para la elección de responsables locales y la ausencia de supervisión sobre el propio sistema de supervisión puede generar fácilmente corrupción, afirma Ma Yuxiang, miembro de la Conferencia Consultiva Política del Pueblo Chino.
Otras voces críticas se centran en la seguridad alimentaria, el ahorro de recursos energéticos y los servicios médicos, sobre los que en torno a un tercio de los diputados de la APN han manifestado su preocupación, como muestran las 518 mociones presentadas al secretariado de la sesión anual de la APN.
Más "voces discordantes" contribuirán a que el gobierno se mantenga alerta sobre crisis potenciales debidas al rápido desarrollo, el cual no ha sido alcanzado de forma sencilla, concluye Qu Jun.
(16/03/2007, Agencia de Xinhua)
|