Por su parte, el proyecto de ley de impuestos de empresas establece un impuesto unificado del 25 por ciento para las empresas nacionales y extranjeras, tras años de críticas sobre la divergencia de las políticas impositivas que se aplicaban a las compañías chinas.
El ministro de Hacienda, Jin Renqing, explicó a los diputados de la APN que la ley busca "establecer un sistema científico y estandarizado de impuestos sobre la renta de las empresas, que será aplicable uniformemente para los diversos tipos de empresas, y crear un ambiente justo de competencia".
China cuenta actualmente con dos criterios impositivos sobre las empresas, que establecen que las empresas chinas deben pagar una tasa nominal de impuestos del 33 por ciento, mientras que las extranjeras sólo pagan el 15 por ciento. La medida fue adoptada a finales de los setenta para atraer inversión foránea.
El ministro Jin señaló que la tasa del 25 por ciento de impuestos está diseñada para reducir las cargas tributarias de las compañías nacionales y mantener un aumento lo menor posible de la carga fiscal de las empresas extranjeras.
Si la nueva ley de impuestos entra en vigor en 2008, los impuestos sobre la renta de las empresas chinas registrarán un descenso de 134.000 millones de yuanes (17.180 millones de dólares) , mientras los de las empresas extranjeras experimentarán un incremento de 41.000 millones de yuanes (5.256 millones de dólares) , y los ingresos fiscales totales de China descenderán en 93.000 millones de yuanes (11.923 millones de dólares).
Teniendo en cuenta las medidas de transición dirigidas a las empresas existentes, la caída de los ingresos tributarios sería mayor. "No obstante, esta caída es todavía aceptable para el gobierno", aseguró Jin.
Los analistas locales señalan que la nueva ley es, en realidad, un compromiso ante la Organización Mundial del Comercio para conceder igual trato a las empresas, medida que fortalecerá la imagen de China como país responsable y concederá aún mayor atractivo al país para las inversiones extranjeras.
El Banco Mundial afirma en un informe de investigación que la estabilidad política, el desarrollo económico, el enorme mercado, los abundantes recursos laborales y las buenas infraestructuras comerciales y servicios gubernamentales en China constituyen los factores más llamativos para las inversiones extranjeras.
Hasta 2006, China ha aprobado el establecimiento de 594.000 empresas de capital extranjero, cuyo capital suma 691.900 millones de dólares. Las empresas de capital extranjero pagaron en total 795.000 millones en los diversos tipos de impuestos aplicados, cifra que supone un 21,12 por ciento del total nacional.
(08/03/2007, Agencia de Xinhua)
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