Respuesta: Desde la formación de la OMC en 1995, en el extranjero han ocurrido de vez en cuando investigaciones antidumping, antisubsidio y para la toma de medidas de protección o medidas de protección especiales contra los productos chinos o en relación con ellos, de ahí que cada año China haya visto afectarse sus mercancías de exportación por un valor de US$40.000-50.000 millones y se haya convertido en la mayor víctima de los litigios en el comercio global.

Se ha de decir que es inevitable que China se tope con más fricciones comerciales conforme se expande de escala su comercio exterior. Es un fenómeno normal, corolario del aumento de su fuerza económica y de su plena participación en la competencia y cooperación internacionales. Por ende, debemos tener una psicología normal al respecto. No obstante, también nos toca ver que el repunte del proteccionismo en el comercio internacional, el unilateralismo en boga de algunos países desarrollados y las investigaciones antidumping contra productos chinos son asimismo una de las importantes causas de las fricciones. China se opone con firmeza a que los miembros interesados de la OMC hagan uso indiscriminado de las restricciones especiales contra sus productos, lo cual, además de violar las estipulaciones pertinentes de la organización, es una práctica discriminatoria y debe ser corregido. China nunca desea hacer “guerra comercial”, sino que espera que los miembros de la OMC se atengan estrictamente a las reglas relacionadas, arreglen mediante consulta las fricciones comerciales de manera adecuada y, en lugar de ampliarlas, las limiten al ámbito del comercio. Al mismo tiempo, a tenor del resultado de la consulta, China evaluará de nuevo la política comercial de los países pertinentes y ajustará de forma correspondiente la suya propia.

Por supuesto, las fricciones comerciales tan numerosas como éstas también nos advierten que debemos actuar lo más pronto posible para ajustar la estructura sectorial, cambiar el modo de crecimiento de las exportaciones, transformar la actual frágil ventaja comparativa caracterizada por el bajo coste de fuerza laboral, el bajo valor agregado y la cantidad numerosa en relación a la competencia en una ventaja competitiva de alta calidad con alto contenido tecnológico y alta resistencia a los riesgos, y bregar por desarrollar industrias de alta y nueva tecnología. Justo es en estos puntos donde debemos hacer cambios con iniciativa propia. Por otra parte, las fricciones comerciales nos hacen ver que es una tarea apremiante establecer un mecanismo de advertencia para la exportación, y que es necesario ayudar a nuestras empresas a informarse con prontitud de los cambios en las demandas del mercado internacional y en las políticas de los países que son nuestros socios comerciales, en prevención de que queden a la pasiva en respuesta a las “guerras comerciales”.

Hoy que la economía global ha entrado en un periodo de litigios comerciales frecuentes, China se envolverá en más disputas con las potencias comerciales. En los próximos veinte años, mientras China dé cima a su transición de un país grande en comercio a uno fuerte en este campo, verá a un mayor número de sus productos de alto valor agregado tener fricciones con los de los países desarrollados, además de los litigios comerciales de sus géneros textiles, zapatos y muebles con otros países. Es el deseo de China desarrollar el comercio en pie de igualdad con todos los países del mundo en aras del beneficio mutuo, la acomodación recíproca y el desarrollo compartido, pero las relaciones comerciales deben ser equitativas y equilibradas y tener reglas a que atenerse. Por reglas nos referimos a las de OMC, y por orientación, al libre comercio.