China es un país de población
numerosa mientras que su tierra cultivada es tan poca que
representa sólo el 7% de la mundial. ¿Quién va a alimentar a los
chinos? Esta era una pregunta que preocupaba a ciertas personas del
exterior. Los dirigentes y expertos agrónomos chinos contestaron:
“Los chinos nos alimentaremos a nosotros mismos”.
El rápido desarrollo de la
agricultura china se inició en 1978 cuando comenzó la reforma en
las zonas rurales. Las medidas principales de esta reforma
consistieron en: impulsar el sistema de responsabilidad que tiene
como punto clave la contratación de la producción sobre la base de
la familia, haciendo que los campesinos recuperaran el derecho al
uso de la tierra, administraran por cuenta propia las labores
agrícolas y decidieran el destino de los productos cosechados con
sus manos; eliminar el monopolio en la adquisición y la venta de
los mismos, liberalizando los precios de la mayor parte de los
productos agrícolas y de ocupaciones secundarias; anular numerosas
medidas políticas restrictivas anteriores, permitiendo a los
campesinos desarrollar actividades diversificadas, establecer
empresas a nivel de cantón y de poblado, movilizando la iniciativa
productiva de los campesinos. Esta reforma ha liberado y
desarrollado las fuerzas productivas de las zonas rurales, ha
impulsado un acelerado aumento de la producción agrícola, en
especial de los cereales, y una optimización incesante de la
composición de la agricultura, lo que le ha permitido alcanzar
notables éxitos.
En la década de los 90 del siglo XX,
la agricultura y la economía rural en su conjunto tropezaron con
enormes dificultades y serios desafíos. Sin embargo, continuaron
desarrollándose a buen ritmo, la mayoría de los productos agrícolas
mantuvo el equilibrio básico de la oferta y la demanda y en años de
abundancia reportó excedentes. En el año 2004, la producción
agrícola dio un importante viraje y con el rendimiento de 469,47
millones de toneladas de cereales como volumen total, cambió la
situación de baja producción cerealícola en los cinco años
siguientes a partir de 1999. Actualmente China ocupa el primer
lugar mundial en la producción de cereales, algodón, materias
oleaginosas, frutas, carnes, huevos, productos acuáticos y
verduras.
Gracias al constante incremento de
la producción, la posesión per cápita de productos agrícolas ha
aumentado de manera notable, llegando en 2004 a 362 kg de cereales,
44,6 kg de carnes, 17,4 kg de leche vacuna y 37,8 kg de productos
acuáticos, superior a la media mundial.
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