Antes de los años 90 del siglo XX, al igual que algunos países de
Europa Oriental, China contaba con deportes especializados, pero no
profesionales. Era frecuente que atletas de alto nivel, preocupados
por su vida individual, se retiraran en el apogeo de su carrera
deportiva. Con el fin de cambiar esa situación, en 1994 el fútbol
chino tomó la delantera en emprender el camino de la
profesionalización. Más tarde, el baloncesto, el voleibol, el ping
pong y el weiqi efectuaron reformas en el mismo sentido. Estas
reformas propiciaron un florecimiento de la cultura física de
China. Las asociaciones deportivas se orientaron hacia la
transformación en entidades. El sistema de clubes quedó básicamente
formado. Las ligas profesionales han dado lugar a mercados
especializados. Se ha mejorado el ambiente de la cultura física y
deportes en su conjunto. Los mecanismos de gestión comercializada
han desarrollado ya formas embrionarias. La profesionalización ha
impulsado la consolidación del mercado de la cultura física. Las
operaciones comerciales de los clubes cubren ya la taquilla, la
publicidad, los traspasos de jugadores, las competiciones
comerciales, las transmisiones por televisión, etc.
Otro resultado de la
profesionalización consiste en que algunos jugadores han entrado en
competiciones profesionales del exterior, por ejemplo Yao Ming en
la NBA, Yang Chen, Sun Jihai y otros en competiciones de las ligas
de fútbol europeas.
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