Taiwán es un archipiélago situado al sureste del territorio continental de China. Por el oriente lo baña el océano Pacífico; al oeste se encuentra separado de la provincia de Fujian por el estrecho de Taiwan. Incluye la isla de su nombre, las islas próximas y las islas Penghu. En total, son más de 80 islas, que cubren una superficie de 36.000 km2. Taiwán se llamaba en la antigüedad Yizhou y Liuqiu. Gran cantidad de libros de historia y documentos antiguos describen cómo los chinos de aquellos tiempos desarrollaban esas tierras. Desde el siglo XII, el Gobierno chino de las distintas épocas estableció organismos administrativos en Taiwan. El desarrollo de la sociedad de Taiwán siempre se ha operado de acuerdo con la tradición cultural de la nación china, sin sufrir modificaciones ni siquiera durante la ocupación japonesa después de la Guerra de 1894. En 1945, el pueblo chino logró la victoria en la Guerra de Resistencia contra el Japón y el Gobierno chino restableció los organismos administrativos de la provincia de Taiwán. En 1949, en vísperas de la fundación de la República Popular China, las autoridades del Guomindang se retiraron del continente y se atrincheraron en la isla. En 1950 estalló la Guerra de Corea y fue entonces cuando Estados Unidos envió su Séptima Flota para invadir Taiwán y el estrecho de Taiwán. En 1954 Estados Unidos y las autoridades taiwanesas firmaron el “Tratado de Defensa Conjunta”, con lo que se creó una situación de separación entre Taiwán y la parte continental de la patria. El Gobierno de la República Popular China ha hecho prolongados y sostenidos esfuerzos para dar una solución al problema de Taiwán y alcanzar la reunificación de la patria. A raíz de la visita del Presidente norteamericano Richard Nixon a China, en febrero de 1972, China y Estados Unidos hicieron público el “Comunicado de Shangai” y el 1º de enero de 1979 establecieron oficialmente relaciones diplomáticas. Estados Unidos reconoció que el Gobierno de la República Popular China es el único gobierno legítimo de China y que Taiwán es parte de China, y proclamó estar dispuesto a “romper las relaciones diplomáticas” con las autoridades de Taiwán, a declarar nulo el “Tratado de Defensa Conjunta” y a retirar sus tropas de Taiwán. En tales condiciones históricas, el Gobierno chino, tomando en consideración los intereses y el porvenir de toda la nación y de todo el país, y sobre la base del respeto a la historia y de la situación presente, de acuerdo con el principio de “buscar la verdad en los hechos” y atendiendo a los intereses de las diversas partes, formuló la política de “reunificación pacífica; y un país, dos sistemas”. Los puntos básicos de esta política son: Nos esforzamos por la reunificación pacífica, pero sin comprometernos a renunciar al uso de la fuerza; promovemos activamente los contactos de personal y los intercambios económicos y culturales entre las dos orillas del estrecho, para hacer realidad cuanto antes el servicio de correo, la navegación marítima y el comercio directos entre uno y otro lado del estrecho; por medio de negociaciones pacíficas materializaremos la reunificación, y discutiremos cualquier tema siempre sobre la base del principio de una China; después de la reunificación, se practicará la política de “un país, dos sistemas”, o sea la parte principal de China (la parte continental) preservará el sistema socialista, mientras que Taiwán conservará su sistema capitalista, que no cambiará durante largo tiempo; después de la reunificación, Taiwán gozará de un alto grado de autonomía, el Gobierno Central no enviará allí tropas ni funcionarios administrativos; el problema de Taiwán es un asunto interno de China, y debe ser resuelto por los mismos chinos, sin necesidad de recurrir a fuerzas extranjeras. Todo esto encarna la posición fundamental de una China y respeta plenamente el deseo de los compatriotas de Taiwán de ser dueños y administradores de sus propios asuntos. Después de que el primero de enero de 1979 el Comité Permanente de la Asamblea Popular Nacional hiciera público el “Mensaje a los compatriotas de Taiwán”, el Gobierno chino puso en práctica la política de “reunificación pacífica; y un país, dos sistemas”, abogando por la reunificación de la patria mediante negociaciones. Propuso establecer una comunicación directa entre los dos lados del estrecho en cuanto a los servicios de correos, navegación marítima y comercio, y adoptó una serie de medidas para promover el desarrollo de las relaciones entre ambas orillas del estrecho. En el aspecto económico, abrió puertas, dando la bienvenida a los taiwaneses para que invirtieran o desarrollaran actividades comerciales, con el compromiso de salvaguardar sus derechos e intereses legítimos. El Gobierno chino impulsó de manera activa los contactos de personal y los intercambios en los terrenos científico, tecnológico, cultural, deportivo, académico, informativo, etc.; dio autorización a la Asociación para las Relaciones entre las Dos Orillas del Estrecho, un organismo popular, para que entablara relaciones con la Fundación para los Intercambios del Estrecho de Taiwán, y para que desarrollara negociaciones de carácter económico y general. En 1992, los dos organismos alcanzaron un consenso para expresar verbalmente, cada uno por su lado, que “las dos partes del estrecho insisten en el principio de una China”. En abril de 1993 las “Conversaciones Wang-Koo” (Wang Daohan y Koo Chen Fu, dirigentes de dichos organismos), celebradas en Singapur, marcaron un importante paso de carácter histórico en el desarrollo de las relaciones entre las dos orillas. En octubre de 1998, Koo Chen Fu visitó Shangai y Beijing, y llegó a un acuerdo de cuatro puntos con Wang Daohan para desarrollar una serie de conversaciones entre ambas entidades sobre política, economía y otros aspectos. El 30 de enero de 1995, Jiang Zemin, Secretario General del Comité Central del Partido Comunista de China y Presidente de la República Popular China, pronunció un discurso bajo el título de “Continuemos luchando por fomentar el cumplimiento de la gran empresa de la reunificación de la patria”. En él explicó una vez más la política de “reunificación pacífica; y un país, dos sistemas”, y planteó ocho puntos para desarrollar las relaciones entre ambos lados del estrecho: Insistir en el principio de una China; sostener negociaciones pacíficas, por etapas, entre ambas orillas del estrecho; Esforzarse por llevar a cabo la reunificación por medios pacíficos, sin comprometerse a renunciar al uso de la fuerza armada; desarrollar la cooperación e intercambio económicos entre los dos lados del estrecho; heredar y desarrollar con esfuerzos mancomunados la excelente tradición cultural china; depositar las esperanzas en los compatriotas de Taiwán; dar la bienvenida a los diversos partidos y personalidades de los diversos sectores sociales de Taiwán para que visiten el continente patrio e intercambien opiniones acerca de las relaciones y la reunificación pacífica entre los dos lados del estrecho; y fomentar el intercambio de visitas de los dirigentes de ambas partes al nivel adecuado. Los ocho puntos de Jiang Zemin manifiestan plenamente el carácter permanente e invariable de la política del Partido Comunista y del Gobierno de China en orden a la solución del problema de Taiwán, y demuestran su decisión y deseo sincero de desarrollar las relaciones entre las dos partes y de fomentar la reunificación de la patria. Por eso han sido objetos de cálida acogida entre los chinos, tanto dentro como fuera del país, y han suscitado la atención de la comunidad internacional. Después que el Gobierno chino recuperó sucesivamente el ejercicio de la soberanía sobre Hong Kong y Macao, todo el pueblo chino anhela con vehemencia la solución del problema de Taiwán, para hacer realidad la reunificación nacional.
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