Xiamen es una bella ciudad de la provincia suroriental de Fujian, situada en la costa del Estrecho de Taiwan. El aire, la tierra y los árboles de esta ciudad en una isla parecen impregnados de agua. El cielo azul, el mar verde, las casas rojas y la enorme playa hacen de Xiamen una de las ciudades chinas más agradables para vivir. Las montañas de Xiamen no son altas pero tienen muchas rocas con formas caprichosas, y singulares especies vegetales. El mejor lugar para admirar estas rocas y plantas es el Jardín Botánico de Wanshi, situado en el suroeste de la isla. El Templo de Putuo Sureño es de visita obligada para los turistas. Está tan sólo a unos pasos del Jardín Botánico de Wanshi, al pie de la famosa montaña de Wulao, al sur de la montaña de Putuo (provincia de Zhejiang), una de las cuatro montañas budistas de China. Cuando uno entra en el templo, siempre lleno del humo del incienso, se siente como si estuviera en el mundo de los inmortales. El Buda de este templo tiene fama de ser muy poderoso. Muchos de quienes visitan Xiamen acuden a este templo para rendirle culto y pedirle que los bendiga, razón por la cual siempre está lleno de devotos. Junto a este templo se encuentra la Universidad de Xiamen, fundada por Chen Jiageng, un chino que hizo fortuna en el extranjero. La arquitectura de la universidad es una feliz combinación del estilo tradicional chino y el occidental, que se ve realzado por el gran lago del campus. Como todos los ciudadanos de Xiamen saben, éste es un lugar ideal para las fiestas de los jóvenes y el esparcimiento de los ciudadanos durante el fin de semana. Al salir de la universidad en dirección este, se llega al comienzo de la carretera que rodea la isla. A lo largo de todo su recorrido se ve a los turistas bañándose y tomando el sol en la playa. El visitante también puede acercarse hasta un pueblo de pescadores para ver de cerca su modo de vida. Los habitantes de algunas aldeas todavía llevan un estilo de vida muy tradicional y salen a pescar por la mañana. Gulangyu es un islote de menos de dos kilómetros cuadrados, situado al suroeste de la isla de Xiamen. Cada cinco minutos sale un trasbordador de Xiamen y cruza el canal de 600 metros de ancho que separa esta isla del islote de Gulangyu. Antes, Gulangyu se llamaba Yuanshazhou (bajío redondo), pero como en el suroeste de la isla hay un arrecife en el que cuando sube la marea se oyen sonidos parecidos a los de un tambor, el islote cambió su nombre original por el de "Gulangyu", que justamente significa "isla que toca el tambor". Gulangyu es, literalmente, una isla de peatones, puesto que todos sus habitantes van a pie; en efecto, en ella no hay bicicletas y los únicos vehículos motorizados son los camiones de bomberos. Para hacer más cómoda la estancia a los turistas, en 2003 comenzaron a utilizarse vehículos eléctricos. Mientras se pasea por Gulangyu, es frecuente oír el sonido de algún piano. No es de extrañar, si se tiene en cuenta que en este islote hay unos 600 pianos. Tal densidad tiene mucho que ver con la historia de Xiamen, cuyo puerto ha estado abierto al exterior desde la antigüedad. Los más de 70 pianos antiguos procedentes de diferentes países expuestos en el Museo del Piano despiertan el interés incluso de los profanos. Gulangyu debe también su fama a su "exposición de la arquitectura de Diez Mil Países". Desde mediados del siglo XIX, aquí se establecieron los consulados de 14 países, entre ellos Reino Unido, Estados Unidos, y Francia, así como misioneros católicos y comerciantes. Además, muchos chinos residentes en el extranjero han construido casas en Gulangyu, de manera que este islote se ha convertido en punto de encuentro de variados estilos arquitectónicos. En la actualidad se conservan más de 200 construcciones de estilo exótico armonizadas con el paisaje natural de la isla. (19/08/2004, Xinhua) |