En
marzo de 1949, Mao Zedong señaló en la II Sesión Plenaria del VII
Comité Central del Partido Comunista de China (PCCh) convocada en
Xibaipo, provincia de Hebei: “La revolución china es grandiosa,
pero después de la revolución el camino será aún más largo y
nuestra tarea, aún más ardua. Es éste un punto que hay que
dilucidar desde ya en el Partido, para que los camaradas sigan
siendo modestos, prudentes y libres de arrogancia y de
precipitación en su estilo de trabajo y para que sigan perseverando
en su estilo de vida sencilla y lucha dura. Tenemos el arma
marxista-leninista de crítica y autocrítica. Podemos liberarnos del
mal estilo y conservar el bueno. Podemos aprender lo que
ignorábamos. No sólo sabemos destruir el viejo mundo, sino que
también sabremos construir uno nuevo”.
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