Las asambleas populares son órganos que ejercen el poder del Estado
en representación del pueblo. Su importante posición en la vida
política del Estado se manifiesta en los siguientes aspectos:
1.
Las asambleas populares son órganos del poder estatal. La Asamblea
Popular Nacional (APN) es el órgano supremo del Poder del Estado y
las asambleas populares locales de las diversas instancias son
órganos locales del poder estatal. Esta posición ha sido conferida
por la Constitución y las demás leyes. El pueblo ejerce, a través
de las asambleas populares de diversos niveles, su derecho de
administración del Estado.
2.
Las asambleas populares son órganos de trabajo del Estado. La
Constitución y las demás leyes les confieren importantes
atribuciones y responsabilidades. Al igual que los órganos
ejecutivos, judiciales y fiscalizadores, las asambleas populares
deben realizar gran cantidad de trabajos ordinarios. La APN y las
asambleas populares de algunas localidades asumen la labor de
legislación. La APN y las asambleas populares locales de todos los
niveles deben decidir los importantes asuntos del Estado o de sus
respectivas zonas administrativas; elegir, decidir o destituir los
integrantes o dirigentes de los organismos estatales del nivel
correspondiente; supervisar o asegurar la implementación de la
Constitución y las demás leyes, y realizar la supervisión del
trabajo de otros organismos estatales del nivel
correspondiente.
3.
Las asambleas populares son órganos que representan la voluntad del
pueblo. Tanto la APN como las asambleas populares locales de
diversos niveles, constituidas en las elecciones democráticas,
responden ante el pueblo y aceptan su supervisión. Las asambleas
populares, a través de diversas formas, mantienen estrechas
relaciones con las masas populares, reflejan de manera activa sus
opiniones y concentran a plenitud su sabiduría, a fin de
representar en el verdadero sentido de la palabra la voluntad y los
intereses del pueblo.
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