1)Emancipación de la mente y búsqueda de la verdad en los
hechos.
2)Innovación con valentía acorde a las exigencias de la época.
3)Desafío a las dificultades que surgen sobre la marcha
4)Lucha abnegada en procura de resultados concretos.
5)Afán de hacer aportes desinteresados obviando fama y fortuna.
En
las prolongadas luchas de la revolución, la construcción y la
reforma, el Partido Comunista de China (PCCh) siempre ha prestado
atención al cultivo y aplicación de la fuerza espiritual. Mao
Zedong enfatizó en repetidas ocasiones que “todo hombre debe tener
algo de espíritu”. Luego de la aplicación de la reforma y apertura,
Deng Xiaoping mantuvo una constante exigencia para que el Partido
persistiera y desarrollara las cinco actitudes espirituales: hacer
la revolución y trabajar sin descanso, observar estrictamente la
disciplina y el autosacrificio, actuar desinteresadamente y gozar
de los beneficios después de otros, vencer a todo enemigo y superar
todas las dificultades, y mantener el optimismo revolucionario y
eliminar todas las dificultades. A partir del XV Congreso Nacional
del PCCh, el Partido ha resumido la práctica de las masas populares
en el gran espíritu de lucha contra las crecidas: unidad de todos
como un solo hombre, desafío a las dificultades, lucha indoblegable
y búsqueda de la victoria, proyecto del desarrollo de la bomba
atómica y la bomba de hidrógeno y el lanzamiento del satélite: amor
a la patria, aportes desinteresados, confianza en los esfuerzos
propios, lucha tenaz y ardua, cooperación abarcadora y dedicación
para conquistar las alturas científicas y tecnológicas.
En
el nuevo milenio, ¿cuál es la fuerza motriz espiritual que precisan
el Partido y el pueblo? El 10 de enero de 2001, Jiang Zemin
pronunció un discurso en la reunión nacional de directores de
departamentos de propaganda. Al referirse a la propaganda y el
desarrollo de la sociedad, así como al espíritu de lucha
indoblegable en pos de la modernización socialista, planteó las
cinco actitudes espirituales arriba mencionadas:
1-) Se exige al Partido un espíritu de emancipación mental y de
búsqueda de la verdad en los hechos. Es necesario persistir en la
aplicación consecuente de los conceptos marxistas en lo histórico,
lo práctico y en el desarrollo, persistir en que la práctica sea el
criterio a partir del cual se juzgue la verdad, estudiar sin cesar
los nuevos casos, resolver los nuevos problemas, adquirir nuevos
conocimientos y abrir nuevos horizontes.
2)
Innovación con valentía acorde a las exigencias de la época. Esta
actitud exige al Partido mantenerse siempre a la cabeza del
desarrollo de la época e impulsar sin cesar nuestra causa. Es
necesario observar el mundo con amplia visión marxista,
autoenriquecerse con los últimos conocimientos contemporáneos, no
limitarse a los libros ni encerrarse en los dogmas, avanzar al
ritmo de la época y renovar sin cesar las teorías, las estructuras
y la ciencia y tecnología. Se impone desterrar la ignorancia
voluntaria sobre cuanto sucede a nuestro alrededor, dejar de juzgar
los hechos con una visión limitada (ver el cielo por el embudo),
obstinarse en convencionalismos obsoletos, descuidar las exigencias
que plantea el desarrollo de la época, empeñarse en no quedar
rezagado y eliminar la falta de espíritu.
Desafío a las dificultades que surgen sobre la marcha. Se exhorta a
todos los militantes del Partido y al pueblo en general a
mantenerse en incesante estado de superación, hacer el máximo
esfuerzo por mejorar, indagar sobre la raíz del enriquecimiento,
procurar nuevas metas luego de enriquecerse y escalar nuevas
alturas en la defensa de nuestra causa. Debe tenerse siempre en
mente que para materializar la modernización, hay que tener una
voluntad férrea que nos capacite para luchar tenazmente,
recurriendo al espíritu heroico e indoblegable que conduce a la
victoria.
Lucha abnegada en procura de resultados concretos. Se insta a todos
los miembros del Partido a desarrollar las excelentes tradiciones
de la organización, de modo que se genere un ambiente favorable a
la construcción del país, emprendiendo cada tarea con laboriosidad
y sentido del ahorro. Es menester promover con grandes esfuerzos el
excelente hábito social de decir la verdad, emprender metas y
perseguir efectos reales y actuar con sentido de la
responsabilidad, oponiéndose y criticando a la vez el malsano
estilo de trabajo de algunos funcionarios, que actúan como señores
feudales, tienden a la vacuidad, practican formalismo y recurren a
la charlatanería.
Afán de hacer aportes desinteresados obviando fama y fortuna. Se
exhorta a los cuadros de los diversos niveles y militantes del
Partido a actuar con previsión con respecto a los problemas del
pueblo y procurar el disfrute propio sólo después que el mismo se
le ha garantizado al pueblo, tener presente la causa popular y
partidista, contar con fuerte sentido de responsabilidad,
conducirse con honestidad e integridad y trabajar con toda
dedicación. Se llama asimismo a demostrar una actitud social
correcta, a dispensar un buen trato a los camaradas, a la
organización del Partido y a las masas. Se impone dedicar más
tiempo al estudio y menos a las actividades protocolares, hacer más
aportes y menos regateos y esforzarse por ser una persona de
elevados sentimientos, de integridad, buena moral, libre de
intereses triviales y promotor del bienestar del pueblo.
Las cinco actitudes espirituales resumen el estado de ánimo de todo
el Partido y de toda la sociedad en el nuevo período histórico, y
desempeñan un papel guía para el fomento de la ética socialista y
el cultivo de la cualidad de los cuadros de los diversos niveles
del Partido en las nuevas condiciones históricas. Los contenidos de
las cinco actitudes han recogido el legado y el estilo de trabajo
de nuestro Partido, al tiempo que encarnan rasgos distintivos de la
época.
“Ocho persistencias y ocho oposiciones”
“Persistir en la emancipación de la mente y buscar la verdad en los
hechos, y oponerse a la rutina y a la falta de superación”;
“persistir en la combinación de la teoría con la práctica y
oponerse a las imitaciones de la práctica ajena y al culto a los
libros”; “persistir en los estrechos vínculos con las masas y
oponerse al formalismo y el burocratismo”; “persistir en el
principio del centralismo democrático y oponerse a la
arbitrariedad, la blandenguería y la falta de cohesión”; “persistir
en la disciplina del partido y oponerse al liberalismo”; “persistir
en la vida sencilla y la lucha ardua, y oponerse al hedonismo”;
“persistir en la honestidad e integridad, y oponerse a los
beneficios del poder”; y “persistir la obtención de cargos sobre la
base de méritos y oponerse a prácticas malsanas en el
nombramiento”.
El
estilo de trabajo del partido está relacionado con la imagen que
este proyecta, con la aprobación u oposición del pueblo y con la
vida del Partido. Después del XV Congreso Nacional del PCCh, éste
presta gran importancia al fomento de su estilo de trabajo, para lo
cual ha elaborado una serie de reglamentos y reglas, así como
algunas medidas viables para rectificar el estilo de trabajo. La VI
Sesión Plenaria del XVI Comité Central del PCCh, celebrada en
septiembre de 2001, aprobó la Decisión del Comité Central del PCCh
sobre la Consolidación y Perfeccionamiento del Estilo de Trabajo
del Partido, en la que planteó las “ocho persistencias y ocho
oposiciones” arriba mencionadas.
Respecto al nombramiento para cargos, se planteó seleccionar con un
buen método de trabajo y nombrar a personas dotadas a través de un
buen estilo de trabajo. El primero exige a los comités de los
diversos niveles del Partido y los departamentos organizativos
atenerse al principio de trabajo de los cuadros en la selección y
nombramiento del personal. Se debe nombrar a las personas por su
mérito y no por favoritismo, atender a la diversidad de
procedencias y no al mismo grupo o fracción; se debe realizar el
nombramiento con honestidad y justicia, obviando componendas o
compadrazgos; se debe persistir en la decisión colectiva, en vez de
someterse a la última palabra de algún individuo; y se debe
persistir en el proceso establecido en vez de decidir de manera
improvisada. El segundo exige seleccionar y nombrar a aquellos
cuadros honestos e íntegros apoyados por las masas y que ejecuten
concienzudamente la política del partido, con espíritu de
superación y empresarial y con destacados éxitos de trabajo.
Respecto a aquellos que se divorcian de las masas y de la realidad,
practican el formalismo y el burocratismo, no asumen tareas reales,
incurren en falsedades, se someten a la rutina y copian a ciegas la
práctica ajena sin espíritu de superación, tienen estilo de trabajo
arbitrario, actúan sin tomar en cuenta los intereses colectivos, no
saben unir a los demás, dan empleo a sus favoritos, forman piñas,
procuran cargos mediante nepotismo, se dan al hedonismo, la
ostentación y el despilfarro y buscan beneficios propios mediante
el poder, no sólo no pueden ser promovidos, sino que deben ser
severamente criticados, e incluso objeto de la aplicación de la
disciplina.
Los dos criterios en el nombramiento deben combinarse estrechamente
ejecutados como es debido, pues atañen directamente a la calidad de
los cuadros recién promovidos.
En
esa plenaria se exhortó a todos los militantes del Partido a
realizar un trabajo eficiente y atenerse en toda la línea a las
“ocho persistencias y las ocho oposiciones”, de modo que las
relaciones entre el Partido y las masas mejoren notablemente y las
masas populares refuercen su confianza en el Partido y su
causa.
Resulta algo inusitado en la historia del PCCh que se realice
especialmente una plenaria del Comité Central para discutir y tomar
decisiones sobre el estilo de trabajo del Partido. Ello es muestra
de los nuevos temas surgido en la construcción del estilo de
trabajo y de la existencia de muchos problemas pendientes de
solución. Por otro lado, ello confirma que el Comité Central del
PCCh tiene una visión clara y una actitud seria respecto a este
asunto y toma rigurosas medidas para verificarlo. Las “ocho
persistencias y las ocho oposiciones” han planteado explícitos
requerimientos para la construcción del estilo de trabajo del
partido en lo ideológico, político, organizativo, disciplinario y
sistemático. Lo clave reside en cómo ejecutarlas.
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