Liang Xiaoping, de 42 años de edad, fue una deportista de patinaje de velocidad que ganó muchos campeonatos nacionales. Más tarde trabajó como entrenadora de patinaje de velocidad y su equipo ganó en total 95 títulos en las competencias nacionales y 4 campeonatos asiáticos. Sus discípulos han alcanzado ocho récords nacionales de patinaje de velocidad, a pasar de lo cual, dice, aún les embarga la insatisfacción de no haber conseguido preseas en las Olimpiadas.Con el fin de realizar este sueño, Liang no decae en su labor. Para concentrarse de lleno en su tarea, ha renunciado a comprar localizadores telefónicos o teléfonos móviles. Tiene fama bien ganada de instructora severa, que no permite que deportista alguno abandone el área de entrenamiento si no ha cumplido su cometido. Sometido a un entrenamiento muy intenso, Liu Guanghui, poseedor del título de campeón nacional en todas las lides 5.000 y 10.000 metros, le rogaba, mientras sus piernas temblaban de fatiga, que le permitiera continuar el entrenamiento al día siguiente, a lo cual se opuso la entrenadora. De esta forma, y con lágrimas en los ojos, Liu Guanghui continuó la práctica. Después del entrenamiento, Liang Xiaoping le sostenía por el brazo y le preguntaba con angustia: ¿Es que acaso podríamos pedir que se retrase la competencia? Vencerse a uno mismo es la primera victoria. Liang Xiaoping trabaja todo el año en el exterior, con contados regresos a casa. Su hijo, de 13 años, expresó con resentimiento: Mi mamá piensa sólo en los miembros del equipo. En mis 13 años, apenas recuerdo haber comido algo hecho por ella. El esposo de Liang Xiaoping fue deportista también y trabaja en la misma entidad donde ella lo hace ahora. Al hablar de ella, el marido dijo: Me ha tocado fungir a la vez como padre y madre. Es difícil para una mujer hacer algo; yo le apoyo para que cumpla su sueño.
|