Beijing, la capital de China, hace los últimos preparativos para acoger la llegada del XVI Congreso Nacional del Partido Comunista de China (PCCh), que se iniciará este viernes. La Plaza de Tian'anmen, en el corazón de la ciudad, está adornada con banderas nacionales, linternas rojas y plantas tropicales. Los habitantes de Beijing, conocidos por su preocupación por la política, siguen de cerca el posible impacto del congreso en su vida. "Me preocupa la seguridad social. Espero que el sistema de asistencia médica se perfeccione", señaló un jubilado. Un taxista llamado Song Weidong muestra más interés sobre la educación moral, señalando que el éxito de la educación en el futuro "consiste en saber cómo mejorar la calidad de cada ciudadano". De acuerdo con una investigación llevada a cabo por Internet, lo que más preocupa a la gente es la mejora de salarios, el empleo, la vivienda y el medio ambiente. Los círculos académicos también tienen altas expectativas respecto al congreso. El profesor de la Universidad Qinghua, Li Qiang, expresó su confianza en que la reunión sea un nuevo hito en el desarrollo de China en el siglo XXI. El PCCh, la mayor formación política del mundo, cuenta con más de 66 millones de miembros. Mao Zedong, el fundador de la República Popular China, fue delegado del I Congreso Nacional.
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