José Carreras, el más joven de los tres tenores, nació en diciembre de 1946 en Barcelona, España, en una familia común y corriente. Su padre era profesor de una escuela secundaria, y su madre, peluquera.
A los dos años, estuvo a punto de ahogarse en un río, pero su madre le salvó la vida. Por lo tanto, la madre le tenía aún más cariño, convencida de que su hijo sería un "hombre extraordinario" por que se salvó del desastre.
Carreras tomó la determinación de llegar a ser cantante a los cinco años. Siempre se escondía en la habitación para practicar canciones folclóricas italianas y españolas. A los seis años, vio la película musical "El grandioso Caruso" y se sumergía en las maravillosas canciones. Al volver a casa, valiéndose de su sobresaliente memoria musical, repitió sin ningún error todas las arias de la película.
No sólo canta óperas, sino también canciones populares. Ha grabado varios discos compactos de canciones líricas para la compañía Warner. No soporta cantar desobedeciendo la versión original. Aún cuando no alcanza a Domingo y a Pavarotti en cuanto a expresión dramática, es hábil para expresar sus emociones y sentimientos, y suele ser modesto y ajenos a los engreimientos.
Eligió las óperas "Otelo", de Verdi, y "Turandot", de Puccini, difíciles de dominar, como una forma de desafiarse a sí mismo. A propósito, dijo: "Una carrera artística sin errores y fracasos es seca y monótona. Para mí resulta una pérdida de tiempo concentrarme todos los días en pensar en la voz y en un papel. Espero que la vida sea más colorida. No me echaré jamás atrás aunque la vida artística es corta, y canto a la vida misma".
En 1987 se le detectó leucemia, justo cuando Carreras se encontraba en el pináculo de su carrera. Sin embargo, luego de dos años regresó al escenario, haciendo una gira artística por Europa para celebrar su supervivencia. La primera representación conjunta de los tres tenores produjo un efecto espectacular en el mundo entero. "Claro, mi voz ya no se compara con la de hace 30 años. Pero cada nota que canto es más expresiva que antes. El cantante debe cantar con el corazón. Si busca en exceso la apariencia compuesta, no será un cantante verdadero", explicó Carreras.
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