Los Tres tenores más famosos del mundo, Plácido Domingo, José Carreras y Luciano Pavarotti, se reunieron en 2000 en el Teatro Metropolitano de Nueva York para representarse por primera vez juntos en fragmentos de óperas famosas. La ocasión estuvo cargada de gran emotividad para los aficionados a la música. En las piezas líricas en cuestión, cada uno de los tres tenores desempeñó el papel principal de un acto. Sus voces bien timbradas y llenas de expresividad, la interpretación perfecta y la identificación con sus personajes levantaron constantes ovaciones del público. Las entradas más baratas costaron más de 100 dólares, y las más caras alcanzaron los 25,000 dólares. A pesar de los altos precios, se vendieron todos los billetes gracias al incomparable poder de atracción de los artistas. Se informó que la representación estaba destinada a recoger fondos de caridad para una fundación. Los primeros dos actos fueron breves. Domingo representó el segundo acto de la ópera "Andrea Chenier". El artista interpretó con gran veracidad el dúo de amor con su voz elegante y llena de vigor, junto con Daniela Dessi. Carreras desempeñó el papel principal del cuarto acto de la ópera "Carmen". Su interpretación minuciosa y sentimental resultó tan clásica y perfecta como la misma ópera. Pavarotti, que tiene reputación de ser el "primer tenor del mundo", fue el último en salir a escena. Interpretó un capítulo de la famosa ópera "Turandot". Posiblemente por su evidente sobrepeso, tropezó al abrazar a la protagonista, la soprano Jane Eaglen. Por suerte, ésta le ayudo a mantener el equilibrio sin que el público se percatase. El cantante no perdió por ello la compostura y se mantuvo impávido. Nada en su actuación denunció el mal momento por el que acababa de pasar, ni dio signos de alteración emocional, lo que habla a favor de la capacidad de concentración del artista. Una vez concluida la representación, Herbert Breslin, agente de Pavarotti, dijo que el tenor no había sufrido afectación alguna. |